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lunes, 10 de febrero de 2014

Lágrimas y una oración

TRANSCRITO DE MI DIARIO. SÁBADO 11 DE FEBRERO DE 2011.

Señor: apiádate de mí. Mira cómo sufro, cómo sufren los míos, cómo sufre mi madre. ¿Qué he de hacer, Señor? A mi madre se le doblan las piernas, apenas puede hablar, no ve, no puede expresarse, se cae cuando la sujetan, como ya sabes, entre dos personas. El jueves, el médico la vio bien, pero yo la veo cada vez peor. ¿Espero al lunes para llamarlo? ¿Aviso a urgencias como en otras ocasiones en las cuales tras comprobar la tensión, ver el oxígeno en sangre y comprobar que reacciona cuando la llaman (aunque sea levemente), me dicen que está bien?

No sé si es la debilidad consiguiente a la toma de antibióticos o, lo más probable, un nuevo ICTUS aunque sea pequeño el motivo. Pero en ese caso tampoco han hecho nada en otras ocasiones y creo que nada van a hacer ahora. Solo Tú sabes lo que hemos sufrido. Te pido, como te pedimos mi marido y yo todas las noches, que no sufra, que esté bien (dentro de su cuadro extremo), y que el día que la llames, todo sea rapidito, que no pase miedo. Ese día llévatela directamente Contigo y con Tu Madre. No la hagas esperar, que bastante ha pasado aquí abajo.